En esta apuesta, el jugador pide un empate tanto de la mano del jugador como de la mano del banquero cuando se reparten las dos primeras cartas. Significa que la suma de las dos cartas será la misma. Eso no quiere decir, sin embargo, que las dos cartas repartidas deben ser idénticas.
Dado que se considera el último dígito en un total superior a nueve, estas tarjetas pueden ser diferentes. Si una mano tiene un siete y un seis (total 13) y otra mano tiene un ocho y cinco (total 13), el valor de ambas manos es tres, lo que significa que gana una apuesta de empate.